Las Cataratas del Iguazú tienen, hoy por hoy, el tercio de su volumen original. Esto dejó al descubierto sus paredes de piedra en Foz do Iguazú, Brasil, y el caudal del río Paraná esta casi seco.

Esto es una desventaja turística, ya que el conjunto de 275 caídas que ocupan 2,5 kilómetros (la mayoría del lago argentino), no es tal atractivo turístico como sí lo era antes de esta gran falta de agua.

Pero existe un problema aun peor que la perdida económica de los países que explotaban las Cataratas como paseo turístico: la zona del sur de Brasil esta sufriendo la peor sequía en 80 años, mientras que la región árida del noroeste esta viviendo una terrible inundación.


Las Cataratas del Iguazú fueron nombradas patrimonio mundial por la UNESCO en 1984. Debido a esto, un grupo de ecologistas de Brasil, aprovecharon la posibilidad de poder acceder y acercarse a este territorio y limpiaron la zona que, debido a su carácter turístico y a la cantidad de gente que visita esta región por día, estaba llena de desechos y desperdicios, la mayoría plástico y no biodegradables ( maquinas de fotos, botellas, pilas, etc.).




La naturaleza es sabia.